En marzo del 2020, el proceso de cómo manejamos los quehaceres del día a día cambió drásticamente para cada ser humano de la noche a la mañana, gracias al virus tan reconocido: COVID-19. No podíamos tener contacto con absolutamente nadie que viviera fuera de nuestro núcleo familiar. Fue así como comenzó el aislamiento social, que, sin duda, fue y sigue siendo uno de los procesos más difíciles de superar para los humanos; ya que, como seres vivos sociables, es natural e importante tener contacto físico y emocional con otras personas. Por lo tanto, no es nada fuera de lo ordinario el manifiesto de “emociones” los cuales nunca habíamos experimentado anteriormente. Para nosotros el cambio o lo desconocido implica tener temor o sentir aversión hacia esto mismo, ya que es algo nuevo, y no sabemos los daños que pueden causar. Pero el lado que no observamos, ya que estamos nublados con el temor, es que dentro de lo desconocido habita el conocimiento.
Es normal sentirte cansado, o triste porque no te gusta la situación en la que estás actualmente; es completamente natural. De hecho, un estudio hacho por científicos en la página web “Psyciencia.com”, menciona lo siguiente: “la tristeza, como la digestión, no es algo que podemos decidir tener o no, es algo que se activa en nosotros por un motivo…la tristeza, como todas las emociones, es un mecanismo de autorregulación filogenético (es decir, una respuesta con la que naces y que nadie te enseña) y que está ahí porque es una respuesta eficaz para cubrir una necesidad.” Asimismo, añaden que “esta es la primera parada de la recuperación y por eso existe.” Como explica aquí, no estás “dañado” o eres “diferente” a los demás solo porque no te sientes feliz o emocionado, simplemente eres un ser humano que necesita tiempo, proceso y aceptación para sobrepasar un camino de crecimiento interior.
No siempre tienes que estar feliz para disfrutar o aprovechar la vida, al contrario, la experiencia de vivir es tener un “tour” 360 de la vida. Vivir las altas y las bajas para aprender de ambas; y para esto, no hay que ser “perfecto”. Una periodista y sicóloga mencionó una vez “acepta que estás así en este momento de tu vida. Acepta que hay cosas que te duelen y no eres invulnerable. Y desde ahí, escúchala, aunque estés harto de estar mal, y poco a poco entenderás qué herida o qué pérdida es la que la produce y qué necesita para estar bien.”
Nota del autor: Buscar ayuda no tiene nada de malo, al contrario, es el primer paso para querer mejorar. Es un paso para demostrarte a ti mismo que eres importante. No olvides que nuestro colegio cuenta con consejeros que están dispuestos a ayudarte y a hablar contigo sobre tus emociones. Si deseas buscar ayuda fuera del colegio, no dudes en contactar la “Línea PAS” de Puerto Rico. Ellos, al igual que nuestros consejeros, pueden brindarte ayuda profesional.
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