El Planeta Tierra registra cada año nuevas temperaturas que rompen marcas anteriores, mientras las condiciones de nuestros ecosistemas se deterioran. Algunos componentes como el aerosol, el bióxido de carbono (CO2) y los gases de efecto invernadero son causantes de los drásticos cambios que afectan el entorno y los ecosistemas y eventualmente, producen pérdidas irreparables.
Durante el mes de septiembre, el mundo se enfrentó a una de sus mayores crisis, los incendios forestales en la selva amazónica. El bosque, considerado una de las siete maravillas del mundo, comenzó a arder en el mes de junio, pero no fue hasta agosto que la NASA confirmó la quema de este. Luego de que se revelaran las imágenes satelitales, fueron millones los que se volcaron en defensa del pulmón ambiental, buscando que los gobiernos mundiales solucionarán el problema. El siniestro afectó a más de 40,000 especies de plantas, 6,000 de animales y sobre 400 grupos indígenas que habitan en el ecosistema Amazónico.
"Hay que actuar de inmediato, ayudar a la naturaleza a restaurarse, porque no hay ningún Planeta B," comentó la profesora y bióloga Laura Rosado.
La llave para evitar estos incidentes se encuentra en el reciclaje, en el uso de energía renovable y en el respeto a nuestra Casa Común, pero siempre debemos tener presente qué nos da el planeta y qué le devolvemos.
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