Por: Gerardo López
Este pasado martes, 16 de abril, la Sra. Mildred Juliá Rodríguez (para nosotros Mildred Calvesbert), primera mujer en ser principal en el Colegio San Ignacio ha vivido su Pascua, pasando, gracias a la resurrección de nuestro Señor Jesús, de la expresión material de su vida a la plenitud gloriosa de su ser en unión con Aquel que es la VIDA y fuente toda vida.
A manera de reflexión les compartiré algunos fragmentos de uno de los últimos comunicados que esta gran mujer dirigió a nuestra comunidad y cito:
“A mi querida comunidad del Colegio San Ignacio:
Todo proceso de cambio produce muchos sentimientos encontrados. En mi caso, dejar atrás mi vida de ‘’escuela’’, que ha sido la escuela de mi vida, arranca un pedazo grande de mi corazón. Por otro lado, la ilusión de emprender una nueva etapa es motivo de gran alegría y esperanza.
GRACIAS por todos sus esfuerzos, su trabajo, su confianza y su vocación. Su empuje me ayudaba a dar lo mejor de mí, mientras día a día iba llenando mi corazón de nuevas experiencias. Experiencias que hoy marcan un punto de cambio y me lanzan a nuevos horizontes.
GRACIAS por animarme a soñar y juntos trabajar para alcanzar nuevas metas.
GRACIAS por sostenerme en los momentos difíciles de mi enfermedad y ayudarme a seguir luchando.
GRACIAS por haber sido mis hermanos y amigos en esta comunidad.
Me llevo el ADN ignaciano, ese sello de identidad que se lleva en la sangre y que nos define como personas al servicio de la fe y la justicia.
Me llevo la satisfacción de haber desempañado con pasión lo que siempre supe que era mi vocación.
Cuenten conmigo siempre.”
Mildred J. Calvesbert”
«¿Por qué buscan entre los muertos al que vive? No está aquí. Resucitó.
Dale, Señor el descanso eterno, y haz brillar para ella la luz perpetua. Por tu Misericordia, descanse en paz. Amén.
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