La Vida de un jesuita: Kevin Avilés (novicio)

Foto por: Gustavo Jiménez

Cuéntanos un poco de ti.

                  Mi nombre es Kevin Avilés, soy de Aibonito, tengo 32 años y estudié en escuela pública. Espiritualmente crecí lejos de la fe, mi mamá me obligó a hacer mis sacramentos y la primera comunión. Comencé a estudiar en el 2011 en UPR de Río Piedras. Luego comencé a trabajar durante 10 años. Un día descubrí la presencia de Jesús y decidí profundizar en él. Siempre tuve una sensación de soledad interior y el saber que Jesús me acompañaba me devolvió la vida.

¿Por qué decidiste ser jesuita?

                  Decidí ser jesuita, porque viví un encuentro espiritual con Jesús y me enamoré espiritualmente. Creo que los jesuitas son la mejor orden para cultivar la relación personal con el Señor. Los jesuitas me ayudan a poner los escenarios y vivir las experiencias como Jesús.

¿Qué es lo más difícil del proceso de discernimiento?

                  Lo más difícil del ejercicio de discernimiento es que a veces se trata de elegir entre buenas opciones y decidir cuál de ellas es la mejor para la gloria de Dios. Además, acostumbrarme a continuar adaptándome a una vida de oración.

¿Qué lo hace feliz como jesuita?

                  Lo que me hace feliz de ser jesuita es estar con el pobre, escuchar, acompañar y aprender. Adicional, porque al estar cerca del pobre me siento más conectado a Cristo.

¿Qué consejo le daría a un joven que busca su camino espiritual?

            El consejo que le daría a un joven es que esté abierto a la idea de que no se trata de tener la razón, es tener una vida plena a veces en la intimidad, en el silencio y aceptar que el sufrimiento es parte de la vida, pero con la alegría de saber que nunca estamos solos siempre Jesús está a nuestro lado.

¿Cómo se vive el compromiso con los pobres y marginados?

                  Vivir con los marginados especialmente es un regalo porque esas personas tienen un alma y corazón vulnerable. Estar cerca de ellos es como estar cerca de Cristo, es un momento de estar con alguien auténtico. Creo que el marginado es la persona más auténtica.