Punto de vista: Miércoles sin celular ¿Nos estamos contradiciendo?
- Periódico El Ignaciano

- 26 ago
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Por: Diego Ramos Rivera
Desde el pasado miércoles 13 de agosto de 2025, el Colegio San Ignacio de Loyola implementó una nueva política sobre el uso del celular. A modo de experimento, no se puede utilizar el dispositivo los miércoles durante este primer semestre del año escolar 2025-2026. Sin embargo, entiendo que la medida es contradictoria con el lema que llevamos en alto desde el año pasado «Libertad con Responsabilidad». Usar el celular durante un día normal de clases conlleva una responsabilidad sobre el uso correcto y el discernimiento de saber cuándo o no usarlo.
Según tengo entendido y bajo la justificación que la administración ofreció, el celular se ha vuelto un problema serio por considerarlo igual a una adicción; por lo que limitar su uso es tanto beneficial para el individuo, como para el colectivo, pues favorece las interacciones en persona. No obstante, no todos los estudiantes entienden esto. Pienso que prohibir completamente el uso de una herramienta tan útil como el celular es un error; entiendo que es más favorable educar a la comunidad ignaciana sobre el posible efecto que tienen los celulares, pero no limitar su uso completamente. Todos los extremos son malos.
También entiendo que sí, la mayoría de los estudiantes se pasan en el celular y no se hablan entre ellos a pesar de estar al lado uno del otro; más estos muchas veces juegan juntos en línea, se comunican con sus amistades, o averiguan donde están sus compañeros en el Colegio. Es, por ejemplo, en mi experiencia del primer miércoles sin el celular, durante la merienda, no pude encontrar a mis amigos; a pesar de caminar por gran parte del campus. De igual manera, desde la computadora se pueden hacer todas las funciones que hace un celular, por lo que, me pregunto: ¿Prohibir el uso del celular realmente tiene algún efecto cuando puedo hacer lo mismo con la computadora? Entiendo que esto debe tomarse en consideración.
Sé que la administración del Colegio San Ignacio de Loyola tiene una buena intención referente al uso del celular. Sin embargo, pienso que sería más importante educar primero a la comunidad ignaciana sobre cómo usarlo correctamente para que de esta manera, aprendan a discernir, tal como nos enseña San Ignacio, las distintas herramientas que facilitan nuestros estudios y nuestra vida.

Por: Ezequiel Soto Montañez
En el Colegio San Ignacio De Loyola se ha implementado la regla tipo experimento de prohibir los celulares un día a la semana, en este caso los miércoles. ¿Está bien que paguemos justos por pecadores? ¿Es necesario?
“Es una medida que responde con responsabilidad y sensibilidad al llamado urgente de proteger los centros educativos en Puerto Rico ante los retos que plantea el uso inadecuado de los dispositivos electrónicos por parte de los estudiantes en nuestras escuelas”, señaló autor de la medida, el representante penepé Jorge “Georgie” Navarro Suárez.
“Hoy día un padre o una madre desconoce el efecto que tienen los teléfonos móviles en la socialización y el desarrollo cognitivo de los niños. Las escuelas se han convertido en un escenario donde el aprendizaje compite contra las notificaciones de redes sociales, los juegos en línea y el contenido inapropiado”, expuso Navarro Suárez durante la sesión.
Argumentó que la legislación establece una política clara y balanceada, y sostuvo que países como Australia, Francia y Estados Unidos han adoptado medidas similares a las contenidas en la legislación. En el 2018, por ejemplo, Francia prohibió el uso de celular en las escuelas primarias y secundarias como mecanismo para mejorar el rendimiento académico.
Esta información nos clarifica cómo y de dónde salieron estas normativas. Se puede comprender lo perjudicial que puede ser el uso excesivo de los celulares en el apartado de la educación. Se dice que los estudiantes no suelen tener la madurez o la capacidad de usar el celular de manera moderada y responsable. Esto nos hace debatir y cuestionar esta regla y sus beneficios, según el colegio, como sería el interactuar socialmente.
Esta regla contradice la Libertad con Responsabilidad que tanto nos gusta mencionar. ¿Nos estamos contradiciendo con nuestro lema?
-Sí, porque estamos diciendo que tenemos libertad cuando no nos dejan decidir usar nuestro discernimiento de utilizar el celular que es parte de nuestra libertad.
-No, porque en la responsabilidad suelen fallar lo estudiantes al hacer cosas que no están bien.
Esta situación es bastante controversial y existen diferentes puntos de vista.
En mi opinión, tengo la preocupación de como esto es un experimento, ¿qué vendrá después? Porque yo no tengo problema con que sea un día a la semana, pero que esto empiece a ser todos los días es muy inquietante. Yo, como parte del periódico, uso mi celular para comunicarme con mis compañeros, escribir ideas, sacar fotos, videos, escribir artículos, pagar en la cafetería y más cosas de manera rápida y eficiente.
El colegio estará iniciándonos en lo que es no tener el celular permanentemente ya que si ven que nosotros estamos bien sin el mismo pueden dar la excusa de que ya no es necesario tenerlos en el colegio. En caso de que el experimento no funcione, podrían verse en la necesidad de quitárnoslo, como he dicho anteriormente porque representaría un problema para el colegio.
Hay que aclarar que hoy en día, el celular ya forma parte de nuestras vidas y prohibirlo en el colegio está mal porque cuando ya no estemos en el colegio seré libre de usarlo, pero con el precio de ¿cómo sabré cuando es prudente usarlo? Por ejemplo, en mis periodos libres. Si no paso por la experiencia de como yo lo uso, no estaré listo para saber cómo manejar mi tiempo con el celular.
Citado de:



La Organización Mundial de la Salud reconoce el trastorno por videojuegos como una adicción cuando interfiere con la vida personal, académica y social. Asimismo, el uso compulsivo de redes sociales e internet puede generar conductas de dependencia caracterizadas por la pérdida de control, la negación y la sustitución de actividades significativas.
Entre las señales de alerta se incluyen: irritabilidad ante la falta de conexión, disminución del interés en actividades offline, cambios de humor y ocultamiento del tiempo de uso. Debemos continuar con el experimento y seguir limitando el uso durante el día escolar. Ya en elos hogares los padres son los responsables de poner límites al uso de estos dispositivos.