1er encuentro Big Brothers: Tarde entre hermanos

Por: Diego Ramos Rivera

Ayer, jueves, 21 de agosto de 2025, las Clases 2026 y 2031 tuvieron su primer encuentro como parte del programa Big Brothers 2025-2026. El objetivo de la actividad era dar inicio a esa conexión entre los estudiantes de séptimo y cuarto año simbolizando esa característica hermandad ignaciana que distingue al Colegio San Ignacio de Loyola. Para mí, tener un Little Brother representa un deber y una oportunidad que tengo de servir de modelo a otros.

Definitivamente es nuestro deber como seniors del Colegio ayudar a la nueva clase que se integra. Los «septimitos» no son tan distintos a nosotros; la mayoría estuvimos en sus zapatos hace algunos años. Tienen preguntas, inquietudes, y para ellos, nosotros somos unos héroes, las personas que cumplieron aquel sueño que nos prometieron desde chiquitos —quienes tienen la capacidad de contestarles esas preguntas, esas inquietudes. De igual manera, tener un Little Brother me permite reivindicarme. Mi clase es la única del Colegio que inició el séptimo grado a través de una pantalla de computadora, porque fuimos nuevos durante la pandemia del 2020. Tuve mi Big Brother, pero mantener esa comunicación durante esos tiempos históricos fue sumamente complejo. Ahora, tengo esta oportunidad para ser ese hermano mayor de dos niños que me recuerdan a mí en aquel momento cuando la bondad y la alegría se me desbordaba. Es mi niño interior, a quién a veces suelo olvidar por esa fuerza destructora del tiempo, quien está volviendo a vivir el séptimo grado, quien se va sanando.

Sí, este primer encuentro me recuerda mi deber, la oportunidad y la responsabilidad que tengo con mis Little Brothers; pero, también me recuerda que tengo el deber y la oportunidad de enmendar aquellos errores que pude haber tenido con mis hermanos de sangre. El Colegio San Ignacio invita a este tipo de reflexión, que cuestione, pero actúe siempre para la mayor gloria de Dios.

Por: Yeniel Santos Berdecía

Mi experiencia en la primera actividad de Big Brother es que estaba muy ansioso por conocerlo y cuando lo vi estaba feliz. Mi compañero Darío Rodríguez, que también era su Little Brother estaba igual de feliz de conocer a Erick Vázquez de la clase 2026. Después fuimos a un salón y jugamos cartas Uno y otro Big Brother se unió a la partida con su Little Brother y empezamos a jugar. Jugamos y jugamos. Después se unió otro Big Brother que no tenía Little Brother y le dimos cartas y empezó a jugar también. Nunca nadie ganaba, pero hablamos mucho, compartimos información y estuvo genial. La actividad me gustó, compartir con mi Big Brother y mi compañero me gustó mucho, aunque el tiempo se me pasó rápido. Es genial tener un Big Brother en el Colegio San Ignacio, es mi primera experiencia con uno y me gustaría que hagan muchas más actividades para compartir con nuestros nuevos hermanos.