Santa María de la Providencia, Patria espiritual de nuestro pueblo
Cuando el obispo Gil Esteve y Tomás llegó a nuestras playas, se encontró su catedral en ruinas. Corría la mitad del siglo XIX. Era más o menos la misma escena con la que tuvo que lidiar su predecesor, Alonso Manso, primer obispo en América. Un edificio caído y maltratado, como templo principal, le regala un panorama difícil. La catedral, como Iglesia Madre, no podía reflejar una situación distinta a la de su pueblo. Por eso sus paredes y columnas sufrían. Eran tiempos de necesidad y, por...